29 diciembre, 2011

Literatura creativa.

Es difícil encontrar en el mundo de la literatura a alguien más original y creativo que Julio Cortázar.

"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias."

Capítulo 68, Rayuela, Julio Cortázar

28 diciembre, 2011

Más loco que un sombrerero: 6 sombreros para pensar.

Tema 3. La inteligencia creativa y la aplicabilidad
3. Seis sombreros para pensar

 No son sombreros que nos hagan más listos, más sabios o nos enseñen swahili con el simple hecho de ponérnoslos en la cabeza. Tampoco hablan, me temo, el Sombrero Seleccionador de Harry Potter aún sigue siendo pura ficción.
Los "seis sombreros para pensar" son un método, una técnica creada por un tal Edward De Bono para facilitar la resolución o el análisis de problemas desde distintos puntos de vista o perspectivas.
Y ahora os preguntaréis que para qué queremos seis sombreros, si es que no le bastaba al señor Bono con uno. Pues no, eras asín de avaricioso y desarrollo un método con tantos sombreros debido a que cada uno de ellos, de un color diferente, representa una determinada manera de pensar. Y el poder pensar de forma diferente, nos da diferentes puntos de vista.

Los sombreros




El sombrero blanco es imparcial, objetivo, debe dar hechos verídicos y probados de la misma forma en la que lo haría una máquina, sin una pizca de subjetividad. La persona que lleva puesto este sombrero, por lo tanto, debe mostrarse imparcial.








El sombrero rojo representa la pasión y los sentimientos fuertes. Hace referencia a los aspectos no racionales de la condición humana, permite aplicar emociones, intuiciones o simplemente opiniones a la argumentación. La persona que lleve este sombrero, puede - y debe - ser emocional.





El sombrero verde esta relacionado con la originalidad, con el no tener vergüenza. Es el pensamiento creativo, es quien se dedica a buscar alternativas o caminos diferentes. Este sombrero es muy importante, pues sin ideas, sin nada nuevo, ¿cómo puede surgir cualquier cosa?








El sombrero amarillo representa un mundo de posibilidades y se ocupa de la evaluación positiva aunque no muestra su euforia como debe hacer el sombrero rojo. El sombrero amarillo permite ser constructivo y siempre suele intentar las cosas que se propongan.





El sombrero negro, como el blanco, es imparcial. Sin embargo, el negro representa el espíritu de la contradicción, nos hace ver los aspectos negativos. Señala aquello que está mal o es incorrecto indicando los riesgos que la situación conlleva.









El sombrero azul representa el equilibrio, la coordenación. El azul es el sombrero del control, es quien propone la utilización de cada uno de los sombreros en determinados momentos. Es una especie de moderador-director que define los problemas y elabora las preguntas, es el responsable de la síntesis. Es importante que quien use este sombrero esté abierto a todos los demás sombreros que quieran dar sugerencias.





Existe por ahí otro sombrero, el sombrero morado, el sombrero de las relaciones sociales. Sin embargo, al no ser uno de los sombreros expuestos por De Bono, simplemente lo menciono pero me ahorro la explicación.

Para poder aplicar este método es importante que todos los sombreros pertenezcan a una misma serie, tienen que ser de un mismo estilo. Sombreros diferentes funcionan en series diferentes.

Así que convirtámonos en sombrereros. A lo mejor tendremos menos problemas a la hora del trabajo en grupo.
¡ A coser y crear!

22 diciembre, 2011

Ideario de vida.

Mi madre siempre me dice que tengo que hacer una lista de prioridades.

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no está prohibido amar.
Que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí, hiere mucho.
Que las heridas se cierran.
Que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.
Que la vida parte del sexo.
Que el "por qué" de los niños tiene un por qué.
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad.
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.
Que nunca está de más agradecer.
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar.
Que para dar debimos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber como pedir.
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse es en definitiva no quererse.
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos.
Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que adular no es ayudar.
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son honestas.
Que nadie es honesto porque no roba.
Que el que roba no es ladrón por placer.
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo.
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y la mente.
Que con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensible y no herirse.
Que herirse no es desangrarse.
Que para no ser heridos levantamos muros.
Que quien siembra muros no recoge nada.
Que casi todos somos albañiles de muros.
Que sería mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder también puede ser avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece cerca del sol.
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?
Mario Benedetti


Tiremos las listas a la papelera. Vivamos con sentido común, ideas e ilusión.
Y siempre, siempre, siempre sonriendo.

La propia vida es pura creatividad.

14 diciembre, 2011

Golpecillos creativos.

He llegado hace un par de horas de clase de percusión, donde me estoy volviendo loca con temas de improvisación.
Y me he acordado de Akira Jimbo, el percusionista de exhibición de Yamaha:




P'a que luego digan. Ale, que quede bien claro de que hay pocas cosas más creativas que la percusión.

12 diciembre, 2011

Bloqueándose.

Tema 5. Rompiendo las barreras
1. Los bloqueos creativos: cognoscitivos, emotivos y culturales.

Los bloqueos cognoscivos son una variedad del bloqueo creativo que se caracteriza porque la persona que lo sufre tiene alguna dificultad en determinada aptitud intelectual que no le permite vislumbraro descubrir nuevas ideas. Dentro de los bloqueos cognoscivos podemos encontrar varios tipos:
-Perceptivos: son los que aparecen cuando hay problemas en el proceso de transmisión de la información entre los sentidos y el cerebro. Este bloqueo puede implicar la imposibilidad de ver el problema existente.
-De sujeción funcional: se da cuando experiencias vividas anteriormente interfieren en la búsqueda de soluciones al problema de tal forma que se impide ver el objetivo de trabajo en nuevas situaciones.
-Fijación de la vía de solución: aparece en el momento en el que nuestra creatividad actúa de forma rígida debido a la excesivainteriorización de un sistema o método,l que nos hace actuar de forma mecánica y predecible.
-Teorías dominantes: las teorías dominantes son las que pueden cortarnos la iniciativa a lahora de buscar nuevas ideas. Esto sucede porque dicha iniciativa supone un mayor esfuerzo y posibles dificultades antes ideas más novedosas.


Los bloqueos emotivos, por su parte, están relacionados con las emociones. Esto, en principio, no debería suponer un problema, pues todos sabemos que las emociones son una de las principales formas de creatividad. Los sentimientos y los estados de ánimo colaboran en nuestra creatividad.
Sin embargo,las emociones también pueden manifestarse de forma negativa, pues pueden impedirnos ver el mundo de una forma clara. Las emociones de ven en cuando nos bloquean, no importa que los sentimientos sean positivos o negativos.

Los bloqueos culturales, por último, se deben a la imposición de ciertas normas sociales o costumbres que provocan ciertos bloqueos nuy difíciles de romper. Son los más complejos pues no los imponemos nosotros, si no que vienen del exterior, de la sociedad y no podemos ir más allá.


Los bloqueos son uno de los mayores enemigos de la creatividad, debemos tener cuidado, los ojos abiertos, imaginación para enfrentarnos a ellos y mucha, muuucha paciencia.

06 diciembre, 2011

Aproximación al proceso creativo.

Por ahí dicen que existe algo llamado proceso creativo, es decir, unos "pasos" - por así decirlo - para desarrollar ideas, proyectos o el nuevo cierre autoajustable de los pañales para bebés.
Por desgracia, soy una de esas personas que se van por las ramas con una facilidad casi enfermiza, así que el proceso creativo en sí, con todos sus pasos, sus puntos y sus comas, es una historia que merece ser contada en otra ocasión.

Porque existe un método (sin nombre y sin método) que el escritor Gabriel García Márquez expuso una de esas veces en las que no iba a decir un discurso:

"...el oficio de escritor es tal vez el único que se hace más difícil a medida que más se practica. La facilidad con que yo me senté a escribir aquel cuento una tarde no puede compararse con el trabajo que me cuesta ahora escribir una página. En cuanto a mi método de trabajo, es bastante coherente con esto que les estoy diciendo. Nunca sé cuánto voy a poder escribir ni qué voy a escribir. Espero que se me ocurra algo y, cuando se me ocurre algo y, cuando se me ocurre una idea que juzgo buena para escribirla, me pongo a darle vueltas en la cabeza y dejo que se vaya madurando. Cuando la tengo terminada (y a veces pasan muchos años, como en el caso de Cien años de soledad, que pasé diecinueve años pensándola), cuando la tengo terminada, repito, entonces me siento a escribirla y ahí empieza la parte más difícil y la que más me aburre. Porque lo más delicioso de la historia es concebirla, irla redondeando, dándole vueltas y revueltas, de manera que a la hora de sentarse a escribirla ya no le interesa a uno mucho, o al menos a mí no me interesa mucho; la idea que le da vueltas."


Imaginemos.